Por el amor de mi gente

En Foco / Sesiones Fotográficas
Curtis Essel
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Rachel Brinton Matthews
mar 19, 2019
En "Por el amor de mi gente", el director Curtis Essel rinde un tributo visual al poeta, cantante y teólogo Jillian M. Brown. Al tiempo que explora ideas sobre la masculinidad y la identidad, esta pieza pone el foco en una amplia gama de varones, desde la adolescencia hasta la madurez, filmándolos en los ambientes en los que se desarrolla su vida real. La película, que entronca directamente con nuestra tendencia Masculinidad Abierta, combina a la perfección la poesía de Brown con rostros y actitudes que reflejan diferentes maneras de experimentar la masculinidad.

Aunque Brown escribió su obra antes de que naciera el discurso actual sobre la masculinidad tóxica, sus palabras, que ponen el acento en lo que se "aprende" desde el nacimiento y en la importancia de la autorreflexión, parecen estar hechas para el contexto contemporáneo. Estas líneas resumen bien el espíritu del autor: "Me estudiaré. Para discernir en quién me he convertido. Veré cómo mi mente ha sido influenciada, desde el momento de mi nacimiento".

La cuidada composición de la película va de la mano con el texto, enmarcando los rostros de barberos y boxeadores con un foco de luz natural y utilizando planos contrapicados o monocromáticos para dar un halo de elegancia y poder a chicos de barrio que hacen algo tan cotidiano como moverse en bicicleta.

Poco a poco, los medios de comunicación y marcas están comenzando a plantar cara a las representaciones visuales que tradicionalmente han definido al hombre. El reciente anuncio de Gillette "The Best Man Can Be" es un buen ejemplo de ello, y al igual que la película de Curtis se ubica en un territorio abierto al debate sobre la masculinidad en el que se desafían los estereotipos dañinos y se celebra al hombre en toda su diversidad.
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