Héroes silenciosos: sostenibilidad en América Latina

Tendencias / Sostenibilidad
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Federico Roales
feb 11, 2022
Cuando hablamos de sostenibilidad, a menudo se pone el foco en los compromisos de las grandes compañías y gobiernos, mientras que las prácticas individuales no se reflejan apropiadamente ni se valoran lo suficiente. Si bien los consumidores piensan que el nivel de responsabilidad de ellos y de las grandes entidades estatales o privadas no es el mismo, para crear un futuro sostenible, también es necesario que los individuos adopten actitudes para el cuidado medioambiental en sus rutinas cotidianas. En cuanto a la percepción del consumidor, según nuestra investigación Visual GPS, menos de la mitad de los consumidores latinoamericanos cree que sus países han hecho grandes avances hacia la sostenibilidad, pero el 84% piensa que ellos, personalmente, han progresado hacia un estilo de vida más sostenible. De esta forma, podríamos estar ante un cambio de paradigma: ¿y si el liderazgo sostenible se elevara desde los movimientos de base a las cúpulas que toman las decisiones a través de los comportamientos humildes, pero impactantes, de los consumidores?
En este sentido, algunas prácticas que muestran que los ciudadanos están dispuestos a jugar un papel importante en la sostenibilidad a través de sus acciones diarias se han empezado a popularizar recientemente. El plogging1 es una tendencia que comenzó en Estocolmo, Suecia, y su número de seguidores está creciendo en toda Latinoamérica. Este “deporte” consiste en recoger piezas de basura que se encuentran en el camino mientras se corre, como si estas fueran obstáculos que añaden un cierto nivel de dificultad al ejercicio físico2.

El plogging merece nuestra atención, porque puede poner en tela de juicio dos mitos en torno a las prácticas sostenibles. Según nuestra investigación Visual GPS, casi 4 de cada 10 consumidores latinoamericanos piensan que los hábitos sostenibles son caros e implican mucho trabajo. Y este no es el caso del plogging, ya que solo necesitas una bolsa para recoger la basura que te encuentras cuando sales a correr. El creciente entusiasmo por esta actividad puede explicarse porque, de alguna manera, resume el espíritu social de esta era: trabajar por el medioambiente al tiempo que uno cuida su bienestar personal. Cuerpo y naturaleza, individuo y comunidad interconectados.
"Muestra a personas normales como protagonistas de la transformación del planeta a través de sus acciones cotidianas"
También hay otras prácticas sostenibles que recientemente han ganado popularidad en las ciudades latinoamericanas, siempre con un patrón común: hablamos de acciones colectivas de los ciudadanos que fomentan un beneficio medioambiental para el planeta, como jardines comunitarios, huertos caseros, recogida de residuos en áreas naturales o plantación de árboles. Este interés creciente por las prácticas sostenibles individuales también se refleja en el aumento de estos términos de búsqueda en Getty Images: “sostenibilidad” (+352%), “reciclar” (+179) y “compostaje” (+270) han crecido durante el último año entre nuestros clientes de los países latinoamericanos.

Entonces, ¿cuáles son las implicaciones visuales relacionadas con las prácticas sostenibles? ¿Cómo podemos comunicarlas, y qué rol juegan las marcas en su promoción? Debemos tener en cuenta que 1 de cada 2 consumidores latinoamericanos piensa que las compañías deberían educar a la gente sobre las mejores prácticas en sostenibilidad. Además, casi 2 de cada 3 (65%) expresó su malestar al ver imágenes en anuncios o comunicaciones de marca que no son medioambientalmente conscientes (como pajitas de plástico o vasos desechables de café). Por ello, la forma más efectiva para que una compañía transmita su compromiso con el medioambiente es a través de su comunicación visual. A esto hay que sumar que hay un segmento (todavía menor, pero con posibilidades de crecer en los próximos años) que está empezando a cambiar sus decisiones de compra en función del compromiso de las compañías con el medioambiente: el 21% de los consumidores latinoamericanos declararon que solo compran productos de marcas que tratan de ser respetuosas con el medioambiente.
Hay una práctica muy frecuente de las compañías cuando se trata de comunicar su compromiso medioambiental: en general tienden a usar imágenes abstractas y futuristas retocadas artificialmente o muestran paisajes naturales con un predominio de tonos verdes. Todo un tanto impersonal, ¿verdad? En este sentido, las prácticas mencionadas arriba nos dejan una lección fundamental: los actores principales de la revolución sostenible son las personas comunes, quienes a través de sus iniciativas impulsan e inspiran a otros a cuidar el medioambiente. Por tanto, es importante incluirlas. Un enfoque adecuado, centrado en sus acciones cotidianas, presentaría a estas personas como los protagonistas de la transformación del planeta en el que vivimos, como los héroes silenciosos del medioambiente que son y que todos podemos ser.
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